"El relato periodístico no tiene parangón en internet" dice Leila Guerreiro, no hay tiempo para las formas, para el "cómo contamos las cosas". El periodismo narrativo, genero al que ella se dedica, no tiene cabida en los medios digitales. La pregunta que me quedó en el tintero es, si esta tarea no está siendo ejercitada a través de espacios como los blogs, donde es posible escribir bajo la presunción –o al menos bajo la esperanza– de que el lector no nos abandonará sobrepasados los primeros 500 caracteres (o los 24, en tiempos twitteros).
La preocupación es válida y compartida. Me tocó lidiar con ello, cuando era editora de Mundo52 (sitio de estilo de vida del periódico El Economista), y tuve que entrenarme y adecuarme al nuevo formato. Y la preocupación la sigo teniendo hoy, cuando veo que otros medios en los que colaboro, como las revistas en papel, también tienen que "aggiornarse", "recortar" y "pedacear" la información antes de entregarle a los lectores un artículo "pre-digerido" que responda a sus necesidades y a los nuevos tiempos.
¿No estaremos acaso subestimando a los lectores? ¿De verdad ya no somos capaces de leer más allá de los mil caracteres? En el congreso también se habló de la responsabilidad social del periodismo, que a mi criterio implica no solamente la valiosísima labor de ir a la trinchera, o poner en riesgo la vida reporteando temas tan trascendentales como el narcotráfico; sino la responsabilidad de propiciar con nuestros textos, reflexiones sobre la realidad. Tendremos que encontrar los caminos para seguir haciéndolo con las nuevas herramientas.
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